viernes, 21 de agosto de 2015

¿POR QUÉ DORMIMOS?

Por increíble que parezca, si bien se sabe bastante sobre lo que ocurre biológica y neurológicamente mientras dormimos, la verdadera naturaleza de esta interrogante es aún un misterio; no se sabe con exactitud por que dormimos y soñamos. Necesitamos dormir para digerir y procesar las actividades realizadas durante el día; durante la noche descansamos nuestra mente y reparamos el cuerpo, a través de este descanso prolongado.
En experimentos controlados, se ha visto que si se impide a un grupo de personas dormir, los síntomas que se presentan van desde una disminución en los niveles de alerta, hasta una total confusión mental si la privación de sueño se sostiene en el tiempo. En Neurología se dice que el cerebro nunca duerme, y aunque la ciencia no nos explica donde va la mente cuando se duerme, lo que si nos asegura es que soñar tiene una gran importancia para el desarrollo de la especie humana.
Todo aquello que aprendemos durante el día, lo procesamos durante el sueño pudiendo resolver problemas cotidianos. Por eso la ciencia aconseja dormir lo suficiente, porque es fuente de salud y de creatividad. Los humanos nos llevamos literalmente nuestros problemas a la cama y, según unas investigaciones científicas, se ha comprobado que durante las cuatro primeras horas nos dedicamos a la resolución de dichos problemas.
La clásica frase de; “Este asunto lo consultaré con mi almohada”, es literalmente cierta.
Thomas Alva Edyson

El famoso inventor Edison utilizaba el sueño para la consecución de sus inventos, a cualquier hora del día se acostaba y por el sueño veía la resolución de sus asuntos.
Lo que sucede es que nuestro cerebro durante el sueño codifica los datos del problema, remueve el archivo de la memoria y todos los conocimientos que permanecían en el fondo de nuestra mente y que nos puedan ser útiles para resolver el problema.
Una conciencia limpia, sin angustias, nos permite disfrutar de un buen sueño. Cuando alguien dice; “Yo duermo muy bien porque tengo la conciencia tranquila”, está reconociendo que no acumula tensión en su día a día. Muchas veces esto no es posible. Todos almacenamos rencores, traumas y amarguras, como el niño que rompe un objeto valioso sin conocer el excesivo coste del mismo y por ello le pegan una paliza. El niño no podrá asimilar este hecho y guardará ese rencor y el daño en su interior, en lo mas profundo de su ser, y cada vez que la vida le trate injustamente acumulará mas y mas resentimiento hacia los que son mas poderosos que él.
Un modo muy útil de descargar nuestra conciencia de estos contenidos dolorosos es soñando, ya que al remover el archivo de la memoria de la mente surgen a flote antiguas heridas del alma, sentimientos, traumas que quedan plasmados en el sueño, por analogía con sucesos mas recientes.
No siempre lo soñado a de reflejar sucesos traumáticos, también ocurre con situaciones felices.

No hay comentarios:

Publicar un comentario