Un
arquetipo es un contenido del inconsciente colectivo, carente de
forma definitoria, pero con un significado profundo común a todas
las conciencias. Los arquetipos son hermanos de los instintos mas
primarios del hombre y los usamos para poner un cierto orden en
nuestras necesidades. Existen muchos arquetipos y muchos son
compartidos sin excepción por todas las culturas humanas.
Cada
uno de nosotros intercalamos varios arquetipos según nuestras
vivencias y necesidades, de manera inconsciente. Si los reconocemos
podemos entender el porqué de nuestra conducta porque ellos son una
expresión clara de nuestro estado psico-emocional, de nuestro nivel
de conciencia y nuestra madurez, ya que el poder de estas formas de
pensamiento mundiales es muy grande.
PSIQUE:
YO INCONSCIENTE INCONSCIENTE
PERSONAL COLECTIVO
Mente subconsciente Herencia psíquica
Consciente Nuestras memorias Contenidos Humanos
Comunes
Inconsciente
colectivo: Reconocimientos inmediatos de personas, lugares,
símbolos, mitos. Experiencias creativas compartidas o religiosas,
místicas, literarias, experiencias cercanas a la muerte...
Jung
elaboró su teoría llamada proceso de individuación
según la cual el hombre al desarrollar su psique hace presente en su
vida al Ser Interno, que es nuestro centro de donde emanan las
enseñanzas mas valiosas para nosotros, y nos ayuda a conformar
nuestra personalidad.
Este
proceso se lleva a cabo en el inconsciente de la psique del hombre, y
puede ser que el hombre no sea nunca consciente de ello, no sepa de
él, y puede ser que el hombre sea consciente y se conecten. Entonces
el hombre se siente “acompañado de si mismo”, guiado por alguna
esencia que viene de algún lugar “mas allá de la persona”. Y lo
mas seguro es que venga en sueños a dar sus mensajes.
EL
ARQUETIPO DE LA SOMBRA
Según
Jung la sombra es nuestro lado oculto y oscuro de la personalidad.
Todos la tenemos, aunque nos esforcemos en ignorarla, no queremos
saber lo que contiene, ni cuales son sus límites, quizás porque
nosotros mismos tenemos miedo de nuestra sombra. ¿Y qué oculta la
sombra?, oculta sentimientos e ideas que la persona considera
censurables, desagradables, destructivos. Tenemos muy en cuenta la
moral social y también lo que creemos que los demás esperan de
nosotros.
A
veces una pequeña parte de nuestra sombra sale a la superficie y nos
sorprendemos, es cuando decimos “Yo no sabía que le odiaba tanto”,
“No se como he podido hacerle esto...”, “Perdí el control”.
Lo
normal es que negamos la posibilidad a nuestra sombra de
manifestarse: “Yo nunca haría eso” decimos, pero lo que si
hacemos es proyectarla en otros, dando a otras personas rasgos que
rechazamos en nosotros.
No
olvidemos que somos luz y sombra, una sostiene y da sentido a la
otra, si descubrimos y exploramos nuestra sombra se nos revela
nuestra auténtica naturaleza humana completa, y podemos comenzar el
proceso siguiente; asimilarla e integrarla en nuestra vida. No nos
rindamos ante el hechizo de nuestra sombra, si cedemos nuestro poder
y nos entregamos a ella no nos superaremos, diremos: “Yo soy
así..,no puedo evitarlo...,es mas fuerte que yo...,que me acepten
como soy”. Hacerse consciente de la propia sombra es el primer paso
hacia la realización del SER.
El mito del Hombre Lobo, el cine ha utilizado los arquetipos de la Sombra en innumerables ocasiones. |
EL
HOMBRE LOBO
El
hombre lobo es un arquetipo de la sombra fascinante porque en ningún
momento del proceso de su transformación pierde la consciencia
humana, pero el poder de su instinto animal actúa dominándole y
aflora su lado mas primitivo. Esa transformación puede ser
voluntaria o involuntaria, digamos que el hombre es poseído por su
sombra, aunque no la asimila, no la integra en su vida sino que lucha
contra de ella, pues es consciente de todo el daño que causa a las
víctimas. Tiene maldad, crueldad, astucia. En la antigüedad se
usaba este mito para acusar a cualquiera por una disputa, proyectando
de este modo la rabia de uno mismo sobre la víctima, en muchos
pueblos se decía que tal vecino era el hombre lobo y se ajusticiaba
irremediablemente ante el pánico de los habitantes. En realidad, la
leyenda dice que un hombre lobo surge por diferentes razones, puede
ser por brujería, que se le haya practicado un encantamiento, que
sea por una maldición, porque otro hombre lobo le haya mordido o por
su estirpe. También puede ser por:
-
ingerir “belladona” o “azote de lobos”
-
beber agua de lluvia encharcada donde hubiera bebido un hombre lobo
-
usar pieles de lobo como ropa
-
tener sexo con un hombre lobo
-
ser mordido por un hombre lobo
-
dormir desnudo a la luz de la luna llena
-
ser el séptimo hijo varón
-
no haber sido bautizado.
Para
desencantar o matar al hombre lobo se le debe herir con algún
instrumento de plata, la plata símbolo de la Luna, lo blanco, lo
brillante, la luz de la mujer y su sabiduría frente a la impureza y
brutalidad masculinas
Para
desencantarlo se le llama tres veces por su nombre de bautismo, se le
golpea tres veces en la frente o en la nuca o se hace que derrame
tres gotas de su propia sangre. El número tres como símbolo de la
trinidad, la unión de lo divino, el uno, con lo terreno,el dos,
porque el fin del mito es integrarlo en la personalidad, no
destruirlo, es por eso que el hombre lobo no muere, sino que al
aceptarse como forma esencial de la sombra, deja de manifestarse.
Es
el lado mas oscuro del animus, la parte animal e instintiva del ser
humano, el acechador en la oscuridad del bosque, el cazador, el
astuto devorador. Es la sombra del héroe, del guerrero que defiende
territorio y conquista a la fuerza, es el macho alfa.
La
sombra permanece en un misterio que nos atrae a la vez que la
tememos, por eso es que de primeras la negamos en nosotros, de
segundas la proyectamos hacia afuera de nosotros y al fin, si sabemos
hacerlo, la interiorizamos dándole en nuestra psique el lugar que le
corresponde.
Jung
clasificó tres tipos de sombra, los dos primeros dan origen al
tercero. Por un lado existe la sombra personal que se halla en el
inconsciente personal de cada uno y por otro lado la sombra colectiva
o arquetípica que se halla en el inconsciente colectivo. Ambos
conforman la sombra particular de cada individuo.
Cuanto
mas se aleje nuestro comportamiento de nuestro Ser Esencial, mas
energía destinamos al arquetipo de la sombra, cuanto mas
desconectados nos sintamos de nuestro aspecto de Luz mas cerca nos
encontramos de nuestro aspecto de oscuridad y mas características
negadas la poblarán por eso es importante saber mantenernos en
equilibrio.
Cuanto
mas nos esforcemos por esconder a la sombra mas grande se hace, no
somos ángeles impolutos, somos seres humanos en proceso de
transformación permanente y pretender aparentar la perfección en
cualquier faceta de nuestra vida solo resalta la descompensación de
la dualidad. En cierto sentido se puede afirmar que la sombra es
aquello que fuimos pero quisiéramos olvidar, lo que negamos que
somos y aquello en lo que jamás quisiéramos convertirnos. Contiene
máscaras de personalidad que ya no utilizamos, recursos que no hemos
desarrollado y también habilidades personales que no mostramos bien
porque las reprimimos o porque hemos olvidado que las tenemos. A todo
este contenido “positivo” de la sombra se le llama el oro de
la sombra
La
sombra se manifiesta de varias formas:
- Mediante los sueños
- Fantasías en vigilia
- Mediante proyecciones sociales, culturales, artísticas, …
El
protagonista del argumento de nuestra historia de sombra durante los
sueños es siempre del mismo sexo que nosotros, si es que lo
visualizamos como humano o humanoide, porque no siempre es así, a
menudo se visualiza con formas no humanas, horribles monstruos o
criaturas inquietantes que no poseen características humanas. De
hecho, cuanto mas alejada del plano de la conciencia mas negada es la
sombra y por lo tanto se manifestará en símbolos mas alejados de la
persona. A medida que la sombra se acerque a la conciencia, mas
humanizadas serán las imágenes usadas, incluso llegamos a utilizar
la imagen de alguien conocido cuyas cualidades detestas.
Si
hablamos de un colectivo, una cultura o civilización, e incluso un
periodo de la historia moderna,vemos que han compartido una sombra
común según el desarrollo de la conciencia colectiva adquirida. Así
tenemos el origen de muchos mitos repletos de contenido oscuro y las
sociedades han tenido que ir integrándolos poco a poco para poder
avanzar como humanidad. Por citar dos ejemplos primero la Edad Media,
una época especialmente sombría que dio lugar al nacimiento de dos
grandes mitos que todavía persisten: el hombre lobo y los vampiros,
aunque en sus inicios no se parecían a los de ahora pero es que la
sombra se adapta al orden de los tiempos, digamos que sus símbolos
mutan, aunque no en lo esencial, si en la forma. Y, sobretodo, la
gran sombra del siglo X; la Santa Inquisición Católica, contenido
destacado de la sombra de la Iglesia Católica que sembró el terror
en buena parte de Europa.
EL
VAMPIRO
El
vampiro es la parte sombría del ánima pues atrae a sus víctimas
virginales, las seduce y las devora o las convierte en parte de su
corte, en cualquier caso dejan de ser las doncellas inocentes, es
decir, se transforman en mujer verdadera.
El
vampiro es un No Muerto, que no es lo mismo que estar vivo. Un No
Muerto está atrapado entre el reino de los vivos y el reino de los
muertos. Es un símbolo del puente entre ambos mundos y del
consciente y el inconsciente del hombre. El vampiro acecha con sigilo
y su meta es corromper a la doncella, sacrificar su pureza y que, con
sangre por medio, esta se pueda convertir en mujer. De hecho el
vampiro se alimenta de esa sangre para subsistir. La sombra del
vampiro proyecta el temor y a la vez el deseo de la pérdida de la
virginidad. Se quiere, pero se teme a la vez, de ahí su fama de
seductores. Si se sucumbe a la sombra del vampiro el desenfreno
sexual y la seducción sustituirán a la inocencia y dará lugar a un
ánima sombría. En este caso podemos mencionar el mito de Lilith, la
primera esposa de Adán en el paraíso, seductora, impulsiva,
engañosa, oscura y sensual, que siempre manipula para conseguir sus
deseos, abandonó a Adán porque no quería estar sometida a él en
ningún aspecto y marchó en busca de su libertad. La vampiresa es
uno de los mitos mas atrayentes del arte en general y del cine y la
literatura, pintan sus labios de rojo como símbolo de la sangre que
sacan a sus víctimas. En la antigua Grecia se creía que si una
mujer que menstruaba se miraba en un espejo no vería su reflejo pues
el espejo se empañaría, de ahí la leyenda de que los vampiros no
tienen reflejo en los espejos y que son reconocibles por ello.
También de allí surge la creencia de que los ajos repelen a los
vampiros, puesto que en las fiestas de la diosa Démeter y su hija
Perséfone se usaban los ajos como protección de las vírgenes
durante los festejos. La mujer que menstrua es siempre vista como una
posible víctima de su propia condición de mujer o como una
amenazadora y poderosa Lilith, el hombre, en general, no ha asimilado
el concepto de “mujer gestante, iniciadora de vida”.
También en la época Victoriana del Reino
Unido, cuando la represión de las normas estrictas de una sociedad
que se esforzaba en aparentar unos valores exageradamente castos y
sublimes y lo que conseguía era precisamente alimentar de contenidos
oscuros su propia sombra colectiva. Recordemos el caso sin ir mas
lejos del famoso y enigmático Jack el destripador, asesino de
prostitutas en el Londres victoriano, quien mantuvo en jaque a la
policía con su astucia, se dijo que era muy posible, pero poco
“probable” por desgracia, que tal vez era un miembro de la
mismísima realeza británica, la cual debía ser emblema de conducta
intachable. También por aquellas fechas surge en la literatura una
novela que es el ejemplo perfecto para el estudio del arquetipo de la
sombra, “El extraño caso del Dr Jekyll y Mr Hyde”, de Robert L.
Stevenson ( 1886 ).
El
arte en general se ha caracterizado por ser un vehículo perfecto
para las proyecciones de las sombras colectivas ya que cuando en una
cultura no se asume la propia sombra, esta se va llenando de
contenido y necesita ser proyectada, exteriorizada para que deje de
ser reprimida. De ahí la importancia de la transgresión artística,
de saltarse las normas y mover las conciencias. Muchos pintores de
renombre a lo largo de la historia han tenido una doble producción
de su obra, la correcta, la que les encargaban para “quedar bien”
y les permitía subsistir y la que hacían para satisfacer una
petición interna de expresión que, no siempre, era del agrado de
los que mandaban. Por ejemplo Velazquez se pintó a si mismo,mejor
dicho, se pintó en Sombra, apareciendo en el fondo de Las Meninas,
casi como un espectro, y dio tanto protagonismo a las infantas como a
los seres “inferiores” que les acompañaban. Quiso de este modo
captar la sombra de la realeza española de aquel momento.
Solo
lo imperfecto hace que sintamos deseos de superación, es pues la imperfección la
que sostiene la aventura de la Humanidad.
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